[lectura de seis minutos]
¿No puedes obtener ninguna satisfacción?
¿Cuánta comida es suficiente para proporcionar nutrición y placer adecuados cada día? Ese estado de ánimo, conocido como saciedad, es algo que todos anhelamos. Y médicos, nutricionistas y especialistas en marketing han intentado proporcionarte todo tipo de herramientas para lograrlo. Puede calcular su tasa metabólica basal y contar calorías. Puedes jugar con diferentes porcentajes de macros para ver cuál te da más energía. Puedes crear un presupuesto para tus antojos y gastarlo en un “Día de trampa” después de seis días de abnegación. Incluso puedes comprar un dispositivo portátil en el que respiras para que pueda indicarte cómo está funcionando tu metabolismo en tiempo real y ajustar tu alimentación en consecuencia. Pero si estos métodos parecen agotadores y no han sido particularmente útiles, la alimentación consciente puede proporcionar una forma diferente de comer para tener salud y satisfacción.
Tu cuerpo tiene herramientas de saciedad incorporadas
A menos que padezca una enfermedad o afección subyacente, su cuerpo tiene herramientas innatas para ayudarle a saber cuánto es suficiente en cada comida. A medida que come y su estómago se expande, los receptores nerviosos le indican a su cerebro que se está llenando. Además, tus sentidos tienen una “memoria” que recuerda experiencias pasadas de consumir demasiado o muy poco. Tus sentidos comparten los recuerdos con tu cerebro para optimizar tu experiencia alimentaria actual. Pero si has ignorado todas estas señales internas durante mucho tiempo, se vuelven más silenciosas. Y especialmente cuando comes para satisfacer necesidades emocionales, puedes comer en exceso porque las voces de tus emociones las ahogan aún más. Pero está bien porque puedes recuperar tus señales internas de saciedad con un poco de práctica.
Desempolva tu medidor de satisfacción usando la báscula del hambre
He aquí un enfoque que le ayudará a recalibrar su conciencia del hambre verdadera y del placer legítimo mientras come. Puede parecer incómodo al principio, pero cuanto más practiques, más automático se volverá.
Identifique su estado actual en esta escala de hambre:
- Hambriento, débil, sintiéndose un poco débil
- Mucha hambre, el estómago hace ruido, está de mal humor, poca energía.
- Bastante hambre, el estómago empieza a gruñir.
- Empezando a sentir un poco de hambre.
- Satisfecho, ni hambriento ni lleno
- Un poco lleno, pero agradablemente
- Vaya, comiste demasiados bocados.
- sentirse lleno
- Muy incómodo, la ropa se siente restrictiva.
- Tan lleno que te sientes enfermo y arrepentido
Sirve tu comida en el plato o busca tu avena durante la noche del refrigerador cuando tengas 3 o 4 años, no 1 o 2. Si esperas tanto tiempo, la probabilidad de que comas en exceso (y dejes de saborear tu comida) es alta.
Antes de comenzar, respire unas cuantas veces para calmarse y deje de lado cualquier sensación de prisa.
Empiece a comer y saboree cada bocado activando los cinco sentidos.
Detente a la mitad y pregúntate si todavía tienes hambre física. Si paras ahora, ¿estarás satisfecho? Si comes más, ¿te sentirás entre 7 y 10 en la escala de hambre?
Si decide que está lleno y todavía hay comida en su plato, permítase guardarla en una caja para más tarde. Si todavía tienes hambre, continúa comiendo con conciencia del gusto, el hambre y la satisfacción.
Comida para el pensamiento
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